Amablemente traducido por Mg. Cynthia Dacillo Senaga, Especialista en Tartamudez.
Es muy común para personas que tartamudean tener mucha dificultad en decir sus propios nombres. Si tuviera una moneda de cinco centavos por cada vez que alguien me preguntara si había olvidado mi nombre, sería un hombre muy rico. Simplemente necesitamos un poco más de tiempo para decir lo que tenemos que decir.
Es por esto que pensé que la historieta de Franky Banky presentándose a sí mismo sería una primera y grande historieta para esta página web. Decir nuestros propios nombres es angustioso. ¿Recuerdas el primer día de clases en la escuela en el que el profesor nos hacía presentarnos a nosotros mismos frente a toda la clase? Eso continua en la adultez y al iniciar las reuniones en el ámbito laboral. Decimos nuestros nombres en las fiestas, en eventos, cada vez que conocemos a personas nuevas incluso cuando debemos pedir café.
Y somos burlados o nos preguntan si olvidamos nuestros nombres. Nuevamente. La tartamudez no es un problema. El mundo necesita concientizarse sobre la tartamudez. Ese es el problema.
Noten, cómo Franky Banky está sonriendo luego de haber terminado de decir su nombre. Tartamudear en su nombre no tiene por qué ser una prueba emocionalmente devastadora. En vez de ello, puede ser una opotunidad para concientizar sobre la tartamudez.
“No, no he olvidado mi nombre. Solo tartamudeo y necesito un tiempo más para decir lo que necesito decir”.
La respuesta que tendrás será “¡Oh! ¡Está bien! O el inicio de una conversación agradable acerca de cómo el oyente solía conocer a alguien que tartamudea. De cualquier manera, has educado a una persona más sobre tartamudez y ha mejorado un poco el mundo para los niños que tartamudean.
Claro que hay más en Franky Banky que su forma de hablar. Aprende algunos datos divertidos sobre Franky Banky en la sección “Acerca de”.